miércoles, 8 de julio de 2009

Entrevista


Fortunato Ramos "Destinen la atención a la educación"
Por Ricardo Cardone

(extraído de http://www.escribirte.com.ar/)


Cuando se habla con Fortunato Ramos es probable que uno se encuentre en algún rincón del mundo. No tanto por la geografía a la que Fortunato pertenece. Tampoco por el regionalismo que ésta impone. La voz firme y pausada con una leve disfonía, el sentido de lugar, la sabiduría de un pensamiento más cerca de la tierra que de la esterilidad de la palabra, la copla como forma de escritura y la música como forma de liberación hacen que uno se desplace del centro, que busque la sabiduría en los puntos alejados, como el propio Fortunato, ya con su poncho rojo y su acordeón, ya firmando ejemplares de su nuevo libro Personajes de la Quebrada de Humahuaca o bien enseñando lo que aprendió de sus maestros y aprendiendo a la vez de sus alumnos, tal como dice. El centro, en todo caso, se irá alejando hacia algún rincón en donde el maestro rural, músico y escritor Fortunato Ramos, envuelto en su acordeón, se encuentre enseñando los valores relegados de cada niño y de cada hombre que sufre la marca de la enajenación de su propia cultura.


¿Qué es ser colla?
Colla es el hombre que vive en el norte, no sólo el hombre que vive en la Quebrada de Humahuaca, sino el que vive en una vasta región del Imperio del Collaje. No olvidemos que el Collaje está dividido en cuatro partes. Ese imperio semejante Inti-Suyu, Chinchay-Suyu, Cuanti-Suyu y Colla-Suyu. La parte del Colla-Suyu nos comprende y nos entiende a nosotros. Colla es el habitante de esa zona. ¿Y qué es Collaje? Bolivia, Perú, norte de Argentina. De ahí venimos y tenemos una raíz muy profunda. Esa raíz es netamente original de unos antepasados de una cultura muy importante. Colla es un término que significa señor, eminencia, excelencia. Eso quiere decir colla. Muchos no lo conocen. Muchos creen que colla es un desprestigio. Y es todo lo contrario. Antes, me refiero hace 40 años atrás, tal vez nadie quería ser colla. Hoy, ser colla está de moda.


¿Puede ser porque ha sido declarada esa zona como Patrimonio de la Humanidad?
Casualmente por eso hoy hay muchos collas. Todos quieren ser collas. Inclusive hay gente que no es del lugar, se pone el traje de colla y quiere ser colla. Qué importante que es esto. Hace 40 años yo decía en un programita chiquito radial de La Quiaca, “nosotros tejemos nuestros ponchos, pantalones de barracán, chales de llama, mucha ropa de la zona, pero en estos momentos el joven viste otras ropas” – y estaban de moda unos vaqueritos, camperas vaqueras, pantalones vaqueros, que todo el mundo usaba-, ropas traídas de afuera que eran bonitas, por supuesto, y yo decía: “ojalá algún día otras personas quieran vestirse con nuestros ponchos, nuestros chales”. Y hoy hemos llegado a eso. El que va a la Quebrada de Humahuaca sea rubio, sea blanco, sea como fuere, llega a la Quebrada y se pone un poncho, un chulo y anda bailando carnavalito por la calle.


¿Cómo trasciende la cultura colla? ¿Cómo llega hasta la llanura?
Llega a través de la música, a través del regionalismo, a través de los cultores que mucho han trabajado desde hace muchos años en la zona. Y uno de esos referentes es Jaime Torres, Jaime Dávalos, gente que ha llegado por allá y ha escrito y ha cantado en esos 40 años. O sea que los cultores son un poco los artífices de todo esto.
¿Y usted siente que esa cultura llega a través suyo, que usted es el medio?
Estoy seguro porque hace 40 años publico un folletito donde está ese conocido poema, No te rías de un colla hoy muy conocido. Después viene el libro que contiene la historia de Veronico Cruz en la que se basan para hacer la película La deuda interna. Después viene el erke, Jaime Torres me lleva a todo el mundo con mi acordeón, con mi erke y para ponerle un broche de oro los Divididos me invitan a tocar el erke y lo ponen al erke en un tema que se llama Mañana en el Abasto.


¿Y por qué pega?
Pega porque Mañana en el Abasto habla del interior de la tierra, de los subterráneos. Porque el erke es del interior de los socavones del minero, porque el erke es del interior de los cerros, de los huancares donde salen los cantores, los cantores de coplas, los cantores populares.


¿Qué son los huancares?
Huancar es un interior encantado de los cerros, misterioso. En Abra Pampa están los huancares. Entonces el cantor que quiere ser buen cantor se interna en los cerros. Se queda un día, dos y según dicen que ahí se encantan. Y sale un buen cantor, verdaderos cantores de coplas.


¿Cómo ve la educación occidental en el niño colla y en el niño norteño sobre todo, que es muy distinta a la del niño de la llanura?
Antes estaban muy diferenciadas. Hoy por suerte los programas están regionalizados y se lo entiende muy bien al colega que escribe sobre sus experiencias de aprendizaje, usa los instrumentos regionales, usa el lenguaje regional y con esta apertura el colega tiene cierta libertad para hacer sus propias experiencias, crear un método, volcarlo a los chicos, usar toda la cultura regional para la enseñanza. Eso es positivo.


¿Hay una libertad que antes no existía?
Hay una disposición última que es muy buena, que todo está permitido en ese aspecto de la regionalización.


¿Cómo llega a la escritura? ¿Llega primero la música y de ahí se vuelca a la escritura o es al revés el proceso?
Llega la parte reglamentaria aceptada y después el docente debe ser creativo. Y cuando es creativo debe ser en música para enseñarle el lenguaje, música para enseñar las matemáticas, lo que se pueda. Crear para que el chico aprenda cantando. Si el maestro es músico puede lograr eso. Y pueda crear canciones, pueda crear cuentos, pueda crear recreos, todo con música.


¿Y a usted cómo le llega la escritura y la música? ¿Primero le llega la escritura, primero le llega la música, cómo es que llega a volcar esa escritura en libros?
A mí me llega primero la música desde los 14 años. Como toco el acordeón para los carnavales de la Quebrada, entonces la música me sirve para conectarme con los chicos y con los vecinos. Me sirvió para eso. Y luego conociendo la vida del lugar me impresiono tanto que un día me puse a escribir de a poquito. Primero poemas, después a escribir sobre la terminología regional, ir descifrando los términos, ir explicándolos, y lo más rico, vivir las anécdotas, cada una de las vivencias que he tenido la oportunidad de compartir con los vecinos y con los colegas en los cerros. Ese es el fruto y por eso escribo. Primero poesía regional, coplas, después sobre un chico especialmente, después costumbres y últimamente sobre los vecinos que contiene este libro Personajes de la Quebrada de Humahuaca. Por supuesto que hay mucho más. He tenido la oportunidad de hacer un programa por 10 años. Un programa cultural que se llamaba Humahuaca corazón de la Quebrada. En ese programa, luego de haber ganado unos premios nacionales que se llaman Broadcasting, he podido guardar 400 programas de los cuales iré sacando de a poco para ir haciendo los libros sucesivos. Son muy ricos porque tienen anécdotas, desde la bagallera que es una contrabandista, desde la que fabrica las empanadas, los tamales, el perrito de San Roque, el corderito de San Juan, las luminarias, los cortaderales, las chinas de los cerros, los erkes, la sanata, los erquenchos, la toula, la llareta, es decir, flora, fauna, música, costumbres, una serie de cosas, un bagaje impresionante e interminable de la Quebrada de Humahuaca.


¿Cuáles fueron sus maestros en la escritura o es autóctono completamente y se decidió a escribir sin haber leído a otros que hayan escrito?
No he leído mucho. Lo que escribo es vivencial. La cultura uno la absorbe, la mama desde niño, así lo aprendimos. Entonces para escribir esto hay que conocer. Por suerte lo aprendí. Lo aprendí pero por experiencia propia. Les transmito a mis chicos, mis hijos y mis maestros, mis alumnos, todo lo que he podido captar. Y mis maestros también fueron modelos porque hay mucha gente en los cerros que son verdaderos modelos que nadie los conocen. Yo he podido conocerlos porque caminé y llegué hasta el lugar, pude aprender de ellos. Yo fui a enseñar pero aprendí de ellos. Este es el valor más importante. Y en homenaje a ellos que no pudieron escribirlo, que se quedaron allí, voy a tratar de sacar a luz todo lo que esté en mis manos.


¿Y el cine para eso ayuda no?
Sí. Pude escribir una película que se llama Ecos sobre los Andes, que es la vida del maestro rural, y luego viene La deuda interna, conocida en el mundo, que es la vida de Veronico Cruz. Pero están los libros en los cuales cada rincón de la Quebrada, cada palmo de la Quebrada, voy a tratar de describirlo. Yo les aseguro que no es fácil. Les aseguro que hay que conocerlo profundamente, hay que vivir, hay que compartirlo. El secreto que se transmite o que transmito es indiscutible, es sustancioso. Tiene un contenido bastante sustancioso. Así que estoy convencido de todo esto, por eso puedo escribir.


¿Ya tiene su próximo libro además de éste?
Éste es el último que acabo de sacar. Puedo armar por lo menos cuatro o cinco más en base a los programas que tengo. Pero habría mucha más producción de acuerdo al tiempo que nos brinde la vida que esencialmente es eso.
¿Cómo ve a la educación?
Si la política educativa funciona en base a un sustento de cada lugar, a un sustento regional, respetando a los educadores que vienen de base, por supuesto a los pedagogos, por supuesto a toda la gente que estudia, que sabe de educación, respetando todo eso, elementalmente las bases, la educación puede andar muy bien. Pero la política educativa tiene que disponer de mayor presupuesto porque la base de la economía es la educación, la base del progreso de los pueblos es la educación. Y si no yo no entiendo al político que no destina toda la fuerza para la educación de su pueblo. Cuando su pueblo esté educado va a progresar. Cuando su pueblo esté educado va a producir. Cuando su pueblo esté educado va a ser grande. Mi pedido a los que dirigen la política educativa del país: Destinen la atención a la educación.


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