yo no soy vicioso, menos pendenciero,
soy un pobre diablo, que anda por los cerros
buscansi la vida, alla entre los cuervos.
Yo mastico coca pa olvidar las penas que matan el alma
por tantas miserias qui paso en el rancho,
yo mastico coca, pa tantiar mi suerti;
y dejar mis ojas en las apachetas de mi pachamama.
Yo masco mi coca, pa güeltiar las abras sin cansarmi tanto,
pa vencer la puna, allá sobri el alto. . .
pa vencer el sueño, cuando hago dos turnos,
dentro de las minas sacando el estaño.
Yo masco mi coca. . .
pa vencer el hambre que quema en mi pansa,
cuando ya no hay charqui. . .
cuando el mais tojrita, todito ta helado.
Yo no soy como otros qui ojos a la vista,
tan muquiando coca dentro de los bares,
yo escondo coquita, pa matar la sed,
donde ya no queda, ni gotita de agua.
Y tengo el repeto de limpiar mi boca,
pa qui no mi veigan qui yo toy coquiando,
y tengo el respeto de llevar mi coca, pal tata Coquena,
por habras heladas, donde usted, no llega, señor comisario.
Y . . . . . Cuando no tengo coquita en mi chuspa,
masco las hojitas verdes de la chachacoma,
de tolas amargas, de chilcas, charcomas, pero no es lo mismo
por tatito Dios, señor comisario.
Fortunato Ramos
El Colla, sus costumbre, sus paisajes, su cultura.
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Bellícimo
ResponderEliminarHermoso texto, donde describe la realidad de mucha gente, semejante al Perú. Saludos desde la sierra de Huancavelica. Perú.
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